
Tengo la sensación de que hoy en día se están devaluando las virtudes de lo privado. Ahora se escribe para todos y para nadie en concreto. Lo privado pasa a ser público de la manera más frívola porque se tiene el convencimiento de que, para que te presten un poco de atención, es imprescindible mostrar un detallado e interesante perfil de uno mismo. Dar información personal más o menos comprometida equivale a dejar una huella imperecedera en este caótico universo virtual, o lo que simbólicamente equivaldría a ser inmortal, (la información digital que dejamos es prácticamente imborrable). Por tanto, no es de extrañar que cada vez se haga más patente esta lucha de egos, donde todos queremos saber, hacer y tener más que el resto, pero donde nadie logra simplemente ser.
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