"A finales de 1876, el profesor Franz Boll (1849-1879) descubrió que la capa externa de la retina posee un color púrpura. Halló que esta superficie se blanqueaba al ser expuesta a la luz, pero retomaba su color original en la oscuridad. Este color púrpura, que Boll llamó sehpurpur (púrpura del ojo), desaperece inmediatamente después de la muerte"

sábado, 23 de marzo de 2013

Interludio IV

Hace tiempo conocí a un hombre que caminaba de aquí para allá todos los días. Se levantaba temprano, cogía su mochila, y salía a prisa de su casa. Le interesaba apurar el paso para poder llegar a tiempo a su destino y realizar todos los trabajos que le eran encomendados. En su pequeña mochila guardaba una bufanda, un par de alas de juguete y un bolígrafo enganchado a la espiral de la libretita donde apuntaba todo lo que se le ocurría al cabo del día. De camino a casa se figuraba volando con aquellas alas de juguete, y a mitad del trayecto anotaba alguna de sus impresiones. Cuando oscurecía se abrigaba con la bufanda y volvía a apuntar en su libreta: “...si lo que ha dejado de vivir ya no existe, y lo que nunca ha existido no puede imaginarse, compartamos en silencio el recuerdo de aquello preciado que aún vive para que exista permanentemente en nosotros...”.

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