"A finales de 1876, el profesor Franz Boll (1849-1879) descubrió que la capa externa de la retina posee un color púrpura. Halló que esta superficie se blanqueaba al ser expuesta a la luz, pero retomaba su color original en la oscuridad. Este color púrpura, que Boll llamó sehpurpur (púrpura del ojo), desaperece inmediatamente después de la muerte"

viernes, 10 de junio de 2011

A vueltas con el violeta

Cuando era pequeña, me llamaba mucho la atención un anuncio que veía a menudo en las revistas que estaban por mi casa. Por aquel entonces, concretamente a finales de los 80, los niños no estábamos tan sometidos a los medios de comunicación como ahora, -principalmente porque internet aún no estaba al alcance de cualquiera-, y, quizá por eso, nuestra capacidad de imaginación estaba más a flor de piel, (digamos que éramos algo más inocentes o interpretábamos los acontecimientos que nos sobrevenían de un modo más ingenuo…) El caso es que, aquella imagen que me llamaba la atención consistía simplemente en una reproducción de un trozo de seda violeta rasgada en el centro, una abertura muy sutil que parecía evocarme la forma de un palillo, de hecho, cada vez que veía esa imagen creía que lo que se promocionaba era un palillo, o, en su defecto, algún tipo de producto de higiene personal. Tiempo después, descubrí que se trataba de una marca de tabaco.



Buceando en mi archivo personal de imágenes rescatadas del olvido, conseguí dar con ella. Ahora, al analizarla con algo más de perspectiva y objetividad, no dejo de acordarme del punto de vista infantil que malinterpretó el mensaje publicitario de esta marca comercial, y tampoco dejo de creer que la elección de este color violado para promocionar un tabaco es poco acertada. No obstante, resultó sin duda llamativa y original, pues a los niños no les llama la atención cualquier cosa.

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